martes, 23 de junio de 2009

Cuando venga la mañana... (continuación)

Yo me estaba acercando tanto que temí que una cuerda me saltara a un ojo! La "milonga de pelo largo" era conocida por mi... la escuche una vez por la radio en una noche de lluvia esperando el colectivo junto a un puestero de Once... La interpretación de Zitarroza me parecía la mejor... El guitarrero cantaba y el resto lo acompañaba firme con las guitarras. Con esa base de cuerdas a uno lo motivaba alzar la voz para entonar cualquier canción bien sentida. El borrachín, semi despierto, se incorporo y empezó a cantar en voz baja (sin interrumpir al cantor principal). Seguramente un tema que lo conmovió por algún motivo.. gusto, recuerdos... quien sabe... Lo cierto es que parecía otro. El petiso que cebaba mate se había ido, tal vez a calentar el agua. "Milonga de pelo largo, de ojos oscuros, como la noche, como la noche; historia de penas viejas, de gente joven, de penas grandes, de veinte años"... Una canción triste que escuché aquel día que esperaba un colectivo que nunca tomé, y ya ni recuerdo a donde quería ir... Estaba el puestero refugiado entre plásticos y chapas... sintonizando una radio de uruguayos... Y yo me quedé con el toda la noche, triste tal vez quien sabe porque o por quien... no lo recuerdo tampoco... Tal vez no recordar me ayudó a seguir hoy, aunque tampoco tengo muchas opciones entre seguir o quedarme...
"Te ofrezco mis margaritas que están vacías, que están marchitas, que ya están secas. Te doy todas las renuncias de cosas simples que llevo hechas, que llevo hechas." El sonido de las guitarras le daba fuerza a un tema tan triste... El borrachín cantaba agitando su vaso de vino, cantaba en voz baja, tal vez para no tapar la voz sentida del guitarrero que ahora entonaba. La canción finalizaba y el petiso vino nuevamente al asiento que ocupaba y empezó a ensillar el mate. Yo sentí que ya era momento de partir... Dejé mi botella para quienes me habían hecho sentir una noche como hace tanto que no sentía, en compañía, bebiendo, recordando... tal vez ahogando penas, que ya ni recuerdo por quien o porque... Pero me fui en paz... tratando de acertar al picaporte de la puerta de calle... Había bebido demasiado y había comido poco... Donde amanecería... no lo se...



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