jueves, 26 de noviembre de 2009

Lloraban los ojos del ciego


Siempre que paso por lo del florero es inevitable que lleguen a mis oídos esos tristes sonidos de 2 x 4 y una voz que canta alguna bella poesía... No se si por costumbre , no se si casualidad, pero siempre que paso los tangos son así... Una triste voz cantaba...


Has vuelto, organillo. En la acera
hay risas. Has vuelto llorón y cansado
como antes.
El ciego te espera
las más de las noches sentado
a la puerta. Calla y escucha. Borrosas
memorias de cosas lejanas
evoca en silencio, de cosas
de cuando sus ojos tenían mañanas,
de cuando era joven... la novia... ¡quién sabe
Alegrías, penas,
vividas en horas distantes. ¡Qué suave
se le pone el rostro cada vez que suenas
algún aire antiguo! ¡Recuerda y suspiro!
Has vuelto, organillo. La gente
modesta te mira
pasar, melancólicamente.
Pianito que cruzas la calle cansado
moliendo el eterno
familiar motivo que el año pasado
gemía a la luna de invierno:
con tu voz gangosa dirás en la esquina
la canción ingenua, la de siempre, acaso
esa preferida de nuestra vecina
la costurerita que dio aquel mal paso.
Y luego de un valse te irás como una
tristeza que cruza la calle desierta,
y habrá quien se quede mirando la luna
desde alguna puerta.

¡Adiós, alma nuestra! parece
que dicen las gentes en cuanto te alejas.
¡Pianito del dulce motivo que mece
memorias queridas y viejas!
Anoche, después que te fuiste,
cuando todo el barrio volvía al sosiego
-qué triste-
lloraban los ojos del ciego.

Y así el locutor anunciaba el poema de Evaristo Carriego, "Has vuelto"... Y yo me iba triste caminando... Algún día me quedare con el florero... Quisiera conocer mejor a ese hombre... Conocer si era así siempre, si solo escuchaba tangos... O alguna pena habitaba en él...

domingo, 11 de octubre de 2009

El rostro desconocido

El dolor de cabeza era intenso. No había tomado tanto pero recién estaba asimilando el alcohol, como también mi olfato los distintos olores. Y ya estaba sabiendo qué era dormir y soñar plácida y profundamente. Recuerdo, no sin dificultad, algunas imagenes soñadas, pequeños fragmentos. Intento retenerlos, hago el esfuerzo sabiendo que esas imagenes jamas (o es incierto cuando) se repetirán en mi cabeza. Allí me veía, caminando por una avenida (seria Rivadavia?), con un saco de vestir negro algo gastado, unos zapatos bien lustrados y algunos libros bajo el brazo. Intentaba recordar el rostro de ese hombre que parecía ser yo. ¿Cómo sabia que era yo? Lo intuía. Algo en mi lo sabia y lo afirmaba con vehemencia. Era un hombre medianamente alto, delgado, cabellos semilargos de color negro, ya empezando a blanquear estos. De tez trigueña, aunque no podía fijar la vista con atención en el rostro. Llevaba lentes. Es extraño, en estos momentos comenzaba a comprobar si yo era así, como me estaba describiendo, o como estaba describiendo al tipo aquel. Tocaba mi rostro con las manos, comprobaba el largo de mi cabello. Llevaba las manos a mis ojos y de esa manera comprobaba que anteojos no usaba. Era extraño. ¿Estaba describiendo a otra persona o era un simple detalle que no podia modificar en esencia lo que veia? El hombre (tal vez yo) entraba a un bar, se sentaba. Encargaba algo a un mozo que acudia a tomar nota de su pedido. ¿Como podia ser yo si este tipo era un ser visible interactuando con otros? En ese momento que aumentaba mi confusión también se me volvía difuso el resto del sueño, las imagenes se iban borrando. Nuevamente la confusión, aquellas dudas sobre mi existencia aquí, la falta de entidad, la incertidumbre acerca de mi apariencia física (había tal cosa, tendría imagen alguna quizás?). Sí, yo se bien cual era mi función y destino en este sitio. Pero estaba empezando a "vivir" otras cosas que me trasladaban a otra realidad y me aportaban otras sensaciones. Y no hay nada peor para un fulano cualquiera que adentrarse a aquello que desconoce totalmente y que encima lo deja casi sin retorno. Tenia el pasado tan difuso y ajeno que a veces me rompía la cabeza intentando adivinar posibles casos mas o menos creíbles. Y algunos recuerdos (sonidos, sabores, etc.) venían a mi como un remanso suave en una noche tranquila... Otros arremetían salvajes y no me daban tiempo a reaccionar. Me tomaban por sorpresa, se colaban traviesos por la ventana y gritaban a mis espaldas...

sábado, 22 de agosto de 2009

Llorando la pared

Escribi en una pared mis primeros versos (llamemosle asi!)...

Aquel ayer que me mantiene encerrado
en un laberinto de recuerdos.
Avanzando de espaldas
me enamoro nuevamente del pasado.
Y siento nostalgia del futuro que no vino
pero que soñe vivir a su lado.
Le robaria dias al mañana
para traer de nuevo aquel ayer.

Y seguí...

Abro los ojos y no te encuentro,
los cierro y alli estas.
En que te has convertido,
dulce fantasma?
Vagando en la noche te oigo llorar.
Revienta la luna de soledad
y llueven tus penas
que por la mañana
será rocío y nada mas...

Un poco cursi cada vez que me alejo y lo veo... pero son los primeros versos, como antes decia...
Porque recordaré solo cosas que en verdad no se bien como son ni a que tiempo pertenecen? Pero que siento muy adentro, que forman recuerdos borrosos... Que algun dia todo se ira aclarando... Y ella será otra vez ella... y los paisajes seran tal cual los fui transitando tantas veces...

viernes, 3 de julio de 2009

Otra mañana (casi...)

- Pelotudo!!!...
Ese insulto me despertó de mi extraño sueño profundo... Tan profundo y extraño que tenia ganas de levantarme y correr al desgraciado a quien pertenecía tal insulto. Sentí que hacia mi iba dirigido... pero no! El día que alguien realmente me hable me voy a morir del susto! Un borracho intentando cruzar la calle y los autos temprano esquivandolo... Y el insulto tardío a quien por poco no lo envía lejos de este mundo.
Donde demonios me había quedado dormido!? Aún era de noche. En la esquina, un diariero armaba ese rompe cabezas de secciones internas que siempre le dan a tan temprana hora de la mañana. Lo hacia sentado, un hombre tan obeso que ni veía la silla en la que descansaba.
Otra vez me había entregado al sueño profundo... Otra vez...
No tenia sueño, a pesar de lo poco que había dormido, según intuyo por lo temprano que aun era. Recuerdo vagamente una noche de guitarras y vino alegrando una noche con temas tristes. Guitarras tristes tensando fuerte las cuerdas, aullando con el alma por el suelo y la frente alta. Como aquel que parte vencido... Caído, por el suelo, pero en su cabeza imaginando los pasos a dar... Sabiendo que andar es parte de su existencia... Es eso o quedarse en el suelo... Y el suelo no ofrece nada...



martes, 23 de junio de 2009

Cuando venga la mañana... (continuación)

Yo me estaba acercando tanto que temí que una cuerda me saltara a un ojo! La "milonga de pelo largo" era conocida por mi... la escuche una vez por la radio en una noche de lluvia esperando el colectivo junto a un puestero de Once... La interpretación de Zitarroza me parecía la mejor... El guitarrero cantaba y el resto lo acompañaba firme con las guitarras. Con esa base de cuerdas a uno lo motivaba alzar la voz para entonar cualquier canción bien sentida. El borrachín, semi despierto, se incorporo y empezó a cantar en voz baja (sin interrumpir al cantor principal). Seguramente un tema que lo conmovió por algún motivo.. gusto, recuerdos... quien sabe... Lo cierto es que parecía otro. El petiso que cebaba mate se había ido, tal vez a calentar el agua. "Milonga de pelo largo, de ojos oscuros, como la noche, como la noche; historia de penas viejas, de gente joven, de penas grandes, de veinte años"... Una canción triste que escuché aquel día que esperaba un colectivo que nunca tomé, y ya ni recuerdo a donde quería ir... Estaba el puestero refugiado entre plásticos y chapas... sintonizando una radio de uruguayos... Y yo me quedé con el toda la noche, triste tal vez quien sabe porque o por quien... no lo recuerdo tampoco... Tal vez no recordar me ayudó a seguir hoy, aunque tampoco tengo muchas opciones entre seguir o quedarme...
"Te ofrezco mis margaritas que están vacías, que están marchitas, que ya están secas. Te doy todas las renuncias de cosas simples que llevo hechas, que llevo hechas." El sonido de las guitarras le daba fuerza a un tema tan triste... El borrachín cantaba agitando su vaso de vino, cantaba en voz baja, tal vez para no tapar la voz sentida del guitarrero que ahora entonaba. La canción finalizaba y el petiso vino nuevamente al asiento que ocupaba y empezó a ensillar el mate. Yo sentí que ya era momento de partir... Dejé mi botella para quienes me habían hecho sentir una noche como hace tanto que no sentía, en compañía, bebiendo, recordando... tal vez ahogando penas, que ya ni recuerdo por quien o porque... Pero me fui en paz... tratando de acertar al picaporte de la puerta de calle... Había bebido demasiado y había comido poco... Donde amanecería... no lo se...



sábado, 20 de junio de 2009

Cuando venga la mañana...

Entré sigiloso, como si alguien pudiera oír mis pasos... Tal vez lo hacia, en realidad, para no perder mi atención por esas guitarras que me habian incitado a entrar... A mi costado pasó quien abrió la puerta., un petiso con una bufanda tan larga que parecía arrastrar el suelo. Lo seguí como si él me estuviera guiando a un show. Traspasando la peluquería propiamente dicha, estaban los músicos en otra habitación, 4 guitarristas, el petiso que cebaba mates, un borrachín que se dormía y cada tanto aplaudía y dos que no tenían guitarra ni instrumento alguno, salvo las palmas y la voz que desenfundaban de a ratos. Me quedé apoyado sobre el marco de la puerta, parado. Las guitarras sonaban con tanta fuerza, con tanta pasión que no logré entender como se hacia para no emocionarse ante tanto amor expresado en 6 cuerdas. Sonaban las guitarras, todas juntas, con fuerza y una punteaba notas bien sentidas. Uno de los cantores comenzó a entonar una canción que me pareció escucharsela a Zitarroza: "Cuando venga la mañana, cuando venga la mañana, tu pollera de linoo azuuul", y estiraba imitando la voz del uruguayo. "Colgadita en la ventana, colgadita en la ventana... bandera al sol amarillo dirá que tu no has dormido con tu marido.. Cuando venga la mañana, cuando venga la mañana..." El borrachín se quedó totalmente dormido, casi a 45 grados en su silla que era un misterio como no se caía. El petiso que cebaba mates tomaba solo y le pasaba cada tanto al otro cantor que permanecia callado e imitando onomatopeyicamente el sonido de las guitarras. Yo saqué mi botella que aun guardaba en mi amplio bolsillo del saco. Me senté en un sillón que parecía traído de la peluquería vecina y seguí escuchando esa canción... "Tu pollera azul de lino, vuelta color de vino al sol... si no la descuelga el viento, si no la descuelga el viento, mostrará tus sentimientos y los que yo no me digo -somos amigos-. Cuando venga la mañana.. Cuando venga la mañana..." El petiso se retiró a calentar el agua del mate. Los guitarreros no tomaban, por razones obvias, y mucho sentido no tenia cebar en esas circunstancias... Me incorporé, llene con mi vino algunos vasos y me acerqué un poco mas a los musicos. "Cuando venga la mañana, cuando venga la mañana... vuelto color de trigo el soool.. Incendiando tu pollera, violándola toda entera, vendra a meterse en tu cama y dormir contigo sobre tu ombligo... Cuando venga la mañana... cuando venga la mañana..." Siguieron sonando un rato largo las guitarras en solitario... uno hacia punteos expresivos, los otros acordes parejos y disciplinados, como un ejercito marchando firme. En el cierre quise pararme a aplaudir, pero me habría visto en ridículo... Los músicos bajaron las guitarras y alargaron el brazo buscando el vino servido en los vasos. Yo los invitaba, mi vino era mi mas modesta recompensa por tan buen momento. Uno de los guitarristas bromeaba con el resto y despertaba de un susto al borrachín que ya estaba cayéndose de la silla. Me dio gracia, ya estaba casi hermanado, ya quería cantar o tocar una guitarra, desafinar al menos una melodía simple.
Uno de los guitarreros propuso una milonga que todos entendieron y se disponían ya a ejecutar. Esta vez cantaría uno de los guitarreros y acompañaria el otro que no tenia guitarra.


jueves, 18 de junio de 2009

"Yo he sembrado semilla de aquel saber arcano,
y la ayudó a crecer la labor de mi mano:
y ésta fue mi cosecha: -«yo vine como el agua,
y me voy de este mundo como va el viento vano»."

Rubaiyat. III. Ayer, hoy, mañana

Omar Khayyam


La cabeza estallaba, parecia inminente... Me habria emborrachado? Creo que si. Con la borrachera vino el sueño y dormi como nunca (esto es literal). Me incorporé como pude. Estaba mareado pero la borrachera habia pasado ya... A juzgar por lo oscuro del dia ,me habia dado un buen sueño esta vez. No se la hora, me guio a veces por otras cosas, no tanto por las agujas del relog. Ya era la tarde noche, y se estaba poniendo frio el dia. Abroché todos los botones de mi saco. Cerre la botella de vino con el corcho y la guardé en uno de los amplios bolsillos de mi saco. Tenia mas de la mitad aun.
Caminaba por Av. de Mayo y decidi internarme por calles menos frecuentadas, doblé en la primer esquina y busqué la calle Alsina... En este tramo las calles eran mas oscuras, menos frecuentadas y mas sucias... Un sonido armonico captó mi atencion... Caminé intentando encontrar de donde venian dichas notas que ya se me figuraban como de guitarra. Si, y no era una... eran varias... Di con un local que ya estaba cerrado. El sonido venia de su interior. Leí en su vidriera, "Peluqueria, corte a navaja, sistema Hardy"... Desconozco tal sistema pero ya podria averiguar otro dia, espero acordarme. Sonaban guitarras, algunas imitando guitarrones con sus bajos y otras formaban un unico sonido entre rasguidos. Eran milongas tristes, un repertorio rioplatense. Intenté abrir la puerta pero le habian dado llave. ¿Como hacer para entrar?! Yo no atravieso paredes, no tengo ese don. Llamé a la puerta, esperando que alguien saliera. Las guitarras no callaban. Alguien se acercó y pregunto quien era... Obviamente no respondí, seria en vano. Volvi a golpear y entonces alguien abrió la puerta y salio. Fui tan veloz como para entrar a sus espaldas.


Todos los "porque" juntos..

Quien estaba jugando conmigo? Quien me había permitido la amistad y el sueño al mismo tiempo? Parecía un juego diseñado para reírse, para jugar conmigo... Porque se fue? Quizás la misma independencia que lo motiva a vagar, a seguir caminando lejos, por todos lados, por cada rincón... Una vez, en una película china, uno de los personajes ya moribundo, le decía a quien amaba y nunca tuvo oportunidad de expresárselo con fuerza, pero ella lo sabia sin dudas.... le dijo que los sentimientos a veces nos detienen.. y no nos dejan vivir... no nos dejan seguir adelante. Una frase difícil de digerir... Yo no tengo tanto que sentir, tanto que ofrecer... porque no tengo a quien... entonces los sentimientos se llenan de polvo y telaraña... Por eso nunca pude amar... Pero sí enamorarme.. eso lo hago a diario... Amar es hacer uso del verbo... Es brindarse... hacia quien efectivamente amamos... Yo no tengo esa posibilidad, soy nada ante los demás... En verdad no existo, no me ven ni me oyen... Yo los veo, y ultimamente los puedo oler... Me enamoro de aquella que viaja en el colectivo, de la otra que camina apurada por la vereda, de la que toma su desayuno a dos mesas de donde estoy yo... Luego ese amor se agolpa con los demás y se hace una bola difícil de digerir en soledad. Claro que fui fiel en mis amores, siempre seguía a quien me cautivaba... la acompañaba por la vereda (ella siempre del lado de la pared, como siempre debe hacer un caballero), íbamos juntos a comer, a tomar un refresco, al cine, a su casa, cuando lograba pasar rápidamente atrás de ella porque yo no atravieso las paredes o puertas... Y dormíamos juntos... Hasta que llegaba "otro" a su vida... Y yo tenia que partir, de modo incondicional... Ahora ven, tal como adelante en otros escritos anteriores, que no puedo amar... solo me puedo enamorar... Por eso sigo en soledad, ya que nadie se percata de mi... Y ahora.. sin mi breve compañero... mas solo aun... No se si volverá, pero hay que seguir... hoy me afané una botella de vino... la llevo en mi amplio bolsillo del saco... Tal vez me emborrache y siga animadamente hasta caer dormido... Y mañana por fin sea otro día... por fin un ayer y un mañana en mi vida...


En sueños se fue...

Nos paseábamos de manera desfachatada, imitando al viento que abre puertas y ventanas sin formalismos o presentaciones. No en todos lados era bienvenido Fedor, sobre todo cuando entrabamos a alguna panadería o bar. Yo hurgaba media lunas o algún pan recién sacado del horno y a él lo echaban con ademanes o a escobazos. Yo puteaba al tipo que lo echaba y me iba con Fedor. Llegamos a Rivadavia y Esmeralda, magicamente una plaza se abría como cráter entre edificios. Esa zona de oficinas, bancos y edificios altos contrastaba tremendamente con ese espacio verde que alguien nombró como Plaza Roberto Arlt. Estaba hundido entre los edificios. Parecía emerger con los brazos abiertos, hacia arriba, como para tomar aire. Tal contraste resultaba incluso obsceno. Pero era el mínimo espacio de aire puro entre tanta locura de pasos acelerados, camisas sudadas, corbatas que luchaban por saltar del cuello y papeles acumulados y enrollados. La plaza tenia gradas a parte de bancos y el pasto, que era una bendición para quienes pasaban el día tocando plástico y metal. Fuimos con Fedor a lo mas alto de las gradas. Desde allí contemplábamos todo, por soberbia, por curiosidad. Comparti dos baguettes con mi nuevo amigo, y dos media lunas que había tomado de un bar donde las sirven rellenas de jamón y queso, relleno que no era posible en este caso. El sol no lograba filtrarse con fuerza y llegaba de un modo mezquino. Sentí una pereza, una especie de adormecimiento general. Nunca había experimentado tal cosa pero era un sopor que me invitaba amablemente y me resultaba difícil rechazar tal ofrecimiento gentil.
Abrí lentamente los ojos, los párpados luchaban tenazmente pero fue cuestión de segundos, dos, tres, y mis ojos empezaron a ver todo de modo extraño. Me refiero a la posición del foco que ellos hacían. Noté de inmediato que estaba acostado. Había luchado en vano contra el sueño, pero fue una derrota dulce y divina. Trágicamente pensé en Fedor, me incorporé de inmediato, mire a un costado, luego a otro, en todas direcciones. Asustado, temiendo lo peor, me pare de un salto. Desde esta ubicación tendría que verlo. Grité su nombre. Nada! Bajé desesperado de las gradas, corrí sin saber a donde, gritaba su nombre sin consuelo. De verme, la gente asistiría a un lamentable espectáculo, el de un loco gritando desesperado y corriendo en círculos. Corrí por ultimo en dirección a Rivadavia... Vencido, me detuve y me arrodillé en medio de la calle, buscando tal vez ser materia al fin para que algún colectivo ajusticiara mi ser por tan negligente actuar con mi único amigo, que me había abandonado.


domingo, 14 de junio de 2009

Fedor a mi lado..

Fedor era un perro de lento andar. No de grandes proporciones pero hay algo en él que le da tranquilidad al caminar. He visto perros grandes que caminan lento y otros que lo hacen ligero. No se bien donde reside esa serenidad o esa prisa que les hace caminar así. Pero parece mas bien algo interno, como si pudiéramos hablar de su "personalidad", un termino que no suelo usar con los animales. Fedor tenia serenidad, y una especie de paz interna. Hasta en eso nos parecemos, los dos transitamos por la ciudad aferrándonos al suelo en cada paso, haciendo marcas que nos comprometen con el camino recorrido. Caminabamos juntos por Sarmiento y decidí doblar por Montevideo. Por suerte este domingo las calles estaban vacías casi, a esta hora del mediodía. Eso me permite que Fedor y yo vayamos juntos casi uno al lado del otro. Aunque Fedor siempre se detiene a oler basura, a orinar un poste o un semáforo o discute con algún perro que se cruza en su camino. Yo voy intentando tararear una canción que ayer escuché pero ya no recuerdo del todo. Ultimamente me sucede eso, hay cosas que no recuerdo. Pierdo la memoria en cosas recientes. Ya me venia pasando en otras de años, 2, 5, 10 a veces. Sucede que un recuerdo me viene y no logro saber a que época mía pertenece. Como ya les dije (si alguien sigue atento desde la primera vez que decidí escribir esto), no tengo mucha memoria de mi pasado, no se cuanto tiempo llevo aquí... no se si antes fui otra cosa, si tengo otra historia a mis espaldas... Cierto es que hoy iba construyendo un presente... que seria mi pasado, y seguía imaginando mi futuro. Fedor seguí a veces adelante, a veces retrasado.. por momentos a mi lado. Desde una radio en una florearía, la voz grave de un locutor decía: "yo creo que en este momento, estoy totalmente convencido de que lo mejor que puede pasar ahora... es que cante Gardel..." Y se escucha efectivamente la voz del cantor. Y si, era lo mejor que podía pasar, escuchar esa voz que con un dejo de tristesa nos cantaba "Cuesta abajo". El locutor ya cerraba su programa y con este tango sintió que le hacia un bien a la humanidad.

sábado, 13 de junio de 2009

Dos perros de la calle

No recuerdo donde encontré este saco, pero está claro que nadie me lo dio ni regaló. Es gris oscuro, largo, por poco cubre mis tobillos. Tiene bolsillos amplios que me sirven para guardar fácilmente un libro en cada recorrida por las calles. Hoy, o ayer (al no dormir no puedo discernir si es hoy o ayer, todo se mezcla), sentí que alguien me seguía. Esa sensación me puso pálido por un instante, o al menos eso intuyo, porque no puedo verme. Pero senti el frio en la piel de aquella sensación... Quien me puede seguir? Quien puede advertir mi presencia? Por un instante pensé en lo peor... Mi profecía se iría a cumplir? Porqué ahora sentía miedo, no era lo que buscaba? En ese instante y abruptamente procesé algo que intentaba dar explicación a mi temor. Ahora estaba empezando a vivir. Y no quería perder eso. Fueron mis oídos los que advirtieron que algo andaba cerca. Era algo parecido al sonido de una varita golpeando constantemente sobre una superficie rígida. Eran las patitas de un perro, que en cada paso sus uñas generaban un sonido particular. Me estaba siguiendo o caminaba libremente como cualquier otra criatura de esta ciudad? Me detuve para comprobar si tal cosa era así como yo pensaba. El perro siguió su marcha. Y entonces sentí una mezcla de tristeza y alivio al comprobar que no me seguía. Pero el perro a los pocos metros se detuvo, levantó su pata y orinó un semáforo. Y volvió con pasos cansinos hacia donde yo estaba. No había dudas, el perro me estaba siguiendo. Sentí una profunda emoción, me incliné para acariciarlo. Su pelaje era suave, pese a que evidentemente era un perro de la calle. Como yo! Su estatura era mediana, no era enano pero tampoco un mastín de esos de película. Era dócil, eso me animó a seguir acariciándolo. Cómo podía tal criatura sentir mi presencia, saber que yo estaba? Seguí (seguimos) caminando, abriéndome pasos invisibles ante la multitud del centro. A cada paso miraba a mi derecha, para comprobar eso que todavía no me creía, la compañía del perro callejero. A veces se me adelantaba para olfatear basura, a veces se retrasaba cuando orinaba algún poste o cosa parecida. Pero allí estaba, siempre conmigo. No sabia como llamarlo, y le decía "perro de la calle". Se me ocurrio que eramos muy parecidos. Los dos solitarios por la ciudad, ambos sin nombre. Pero yo debía remediar tal cosa al menos con él. Debía bautizarlo de alguna manera, para mi. Caminaba sin pensar en otra cosa e iba barajando nombres pomposos y grandilocuentes... Rachmaninov era muy largo... Mozart? lo repetí para mis adentros durante dos cuadras y no me convenció. Pensé en escritores... Lo ultimo que había leido era "Memorias del subsuelo", del autor que mas me turbó y sacudió al leerlo. Si, ya estaba decidido... Fedor era el nombre que le iba a repetir al perro callejero durante largas cuadras. Por momentos pareció aceptarlo, parecia responder ante cada llamado que le hacia con el nombre elegido. Respondia porque le gustaba el nombre o porque se acostumbraba al sonido, a la fonetica misma que expresaba? Claro, idiota! Si cada palabra es un sonido! Ya habia perdido el rumbo y no sabia por qué calles me habia metido, enfrascado en el precario adiestramiento que ocupaba mi atencion ahora. Fedor... La magia y la soberbia de decirle a alguien "Vos sos ... , de aquí en mas". O es una muestra de amor o cariño? Fedor iba a mi lado y yo contento de sentir que para alguien existía. Para un perro! Será una ironía ? De algún dios? De alguien que se burla de mi? Eramos dos perros a la deriva, vagando por las calles. Yo sin nombre, sin pasado. Un perro sin nombre... A cada paso me daba vuelta para asegurarme que Fedor seguía a mi lado, o a una distancia donde pudiera apreciar que no me había abandonado. Seguirá conmigo? Se irá? Dejara de responder al nombre que le di? Por suerte no tengo sueño (de hecho no duermo), lo cual me permitia hacer vigilia. Era la primera vez que alguien se fijaba en mi... y no quería perderlo.

jueves, 11 de junio de 2009

Solo, sin nombre y sin pasado...

"(...)Cada nueve años entran en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo sus pasos o su voz en el fondo de las galerías de piedra y corro alegremente a buscarlos. La ceremonia dura pocos minutos. Uno tras otro caen sin que yo me ensangriente las manos. Donde cayeron, quedan, y los cadáveres ayudan a distinguir una galería de las otras. Ignoro quiénes son, pero sé que uno de ellos profetizó, en la hora de su muerte, que alguna vez llegaría mi redentor. Desde entonces no me duele la soledad, porque sé que vive mi redentor y al fin se levantará sobre el polvo. Si mi oído alcanzara todos los rumores del mundo, yo percibiría sus pasos. Ojalá que me lleve a un lugar con menos galerías y menos puertas. ¿Cómo será mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?(...)"

La casa de Asterión, de Jorge Luis Borges

Y yo voy cada dia preguntandome lo mismo... Vendrá alguien al menos a liberarme de este modo? A hacerme saber que no estoy solo, que estoy vivo, que existo... Y que puedo ser al fin. Me encuentro solo y peor que aquel minotauro... nadie vino nunca por mi... Pero guardo las esperanzas que al menos alguien me despierte a patadas para decirme que no estoy solo, para decirme que hay alguien mas aqui... Solo, sin nombre, sin pasado, viviendo el presente e imaginando el futuro.. Nada mas..

miércoles, 10 de junio de 2009

Siempre hay un lugar a donde ir...

Yo no fumaba y sin embargo ya lo estoy haciendo... No se si por curiosidad, no se si al fin estoy comenzando a oler... Creo que si, es esto ultimo... Ya estoy oliendo el aroma del café que se esta haciendo y estoy abriendo mis sentidos de a poco. Le afané un pucho a un tipo en el bar y me largué a caminar. Es temprano. Me voy caminando por Corrientes. Es raro, hoy esta todo mas vacío que lo habitual. Y sí, es sábado. No se a donde voy, tampoco me interesa. Las cosas surgen a cada paso. Un sonido me llama, el sol escaso me dice por que vereda seguir, los aromas que hoy siento me tientan a avanzar en esa dirección, un tipo sospechoso me hace jugar a Auguste Dupin, una bella señorita me eclipsa el camino... Siempre encuentro un motivo... Siempre hay un lugar a donde ir...

martes, 9 de junio de 2009

Cual gitano recorriendo bares


Es muy común que se me encuentre (que irónico, si nadie me puede ver!) en algún bar por la mañana tomando algo. Quien sigue atento mi relato (sigo esperanzado en que alguien me pueda leer, que no sea todo en vano) estará notando cierta contradicción entre esto que digo y algo mencionado con anterioridad, en otros escritos mios. Este buen lector atento, y que muy probablemente sea lectora (otro día explicaré porque en aquel genero deposito esta y muchas otras atenciones y capacidades), habrá notado que dije que no duermo ni como. No duermo, es verdad. Pero siguiendo cierta curiosidad que cohabita en mi junto a otras inclinaciones me ha dado por probar bocado. Al principio no podía... Sentía el rechazo. Entonces empecé por oler las comidas. Y así estuve largos meses (o años...). Cuando al fin pude probar bocado, resultó que nunca mas pude vivir sin comer. Ya me había creado el habito. Es trágico y extraordinario a la vez. Siempre que me sentaba a la mesa de un bar me quedaba mirando de que manera los demás comían o bebían. Pero claro, yo no podía llamar al mozo para hacer mi pedido. Motivo por el cual debía ser mi propio mozo. Iba a la cocina, me servía y volvía con la bandeja a mi mesa. Tampoco recibía propina, pero.. para que quiero el dinero yo? Debo mencionar que mi permanencia en un bar siempre era transitoria. Esto es, duraba el tiempo que algún mozo, los cocineros o algún encargado de llevar cuentas se percataba de la diferencia o el faltante de lo que yo consumía. Siempre se daba ese comentario. Un día escuché, "Che, Juan, o acá hay fantasmas o alguien se esta tomando un desayuno a cuenta del bar!". Cuando se volvía serio y ya empezaban las sospechas entre el personal decidía buscar otro bar. En otro me fui antes de que este inconveniente se suscitara. El inconveniente era la gente misma que asistía. Mal educados, insolentes y miserables. No hay peor miserable que aquel que no deja propina y luego se va a tirar plata al Casino o se vuelve a su casa en importantísimo auto. Ni hablar de los que hacen gesto de "no tengo nada" (y que mierda estas consumiendo???) cuando un niño se acerca a mendigar algo. Mas repugnancia aquellos que ni si quiera los miran, hacen de cuenta que nadie les habló, que nadie esta frente a ellos. Y así iba cual gitano recorriendo bares. Ahora estoy logrando cierta estabilidad en uno ubicado en la esquina de Callao y Corrientes. Bastante sobrio y amplio... Esa amplitud me permite instalarme al fondo de todo. A veces camino por entre las mesas mirando las cosas que otros leen. Me ha sucedido en algunos casos que noto algún gesto o mirada como si esa persona a quien me acerco estuviera sospechando mi presencia molesta. Y vuelvo a mi mesa presa de una sensación parecida a la vergüenza, como si otros se dieron cuenta de mi impune actuar. Una vez logré ver que un joven se deleitaba (eso lo noté en la paz de su rostro) con el "Romancero Gitano" de Federico García Lorca.

La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos
El niño la mira mira
El niño la esta mirando
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño
- Huye, luna, luna, luna
Si vinieran los gitanos
harian con tu corazon
collares y anillos blancos

Habrá sido aquel que con el Romance de la luna luna enamoró a una jovencita. Tanto la enamoró que aquella muchachita se adueñó del poema. Ya no le pertenecía al poeta fusilado. Y creo que a Lorca tal cosa no le hubiera importado...


lunes, 8 de junio de 2009

Los artistas de la soledad

Esos artistas de la soledad, que encuentran el disfrute en cada pequeña cosa! Tanta belleza y hermosura, tantos momentos para el disfrute y goce! ¿Acaso habrá alguien tan estúpido como para pensar que lo vio todo, que lo vivió todo? Sí, en esta ciudad proliferan los estúpidos que encima tienen el lujo de aburrirse (burgueses en su mayoría, aburguesados otra). Y luego, en el peor momento, me suplican (como si yo pudiera hacer algo!), acobardados por todo aquello que no se permitieron ser. Estos pobres hombres (a veces me dan pena) no saben vivir en soledad. Condición fundamental para saber estar con otros, y condición fundamental para ser uno mismo. A cada paso, en cada momento, hay un regalo, casi mágico, que pocos ven. No son magos, no son genios. Son observadores, tranquilos, sensibles, sutiles. No siempre son todo eso junto, pero algo de eso sí. Y sobre todo... son egoístas. Los solitarios... tipos raros en muchos casos.. Yo me detengo a mirarlos y trato de entender. Por un lado reconozco a aquellos solitarios que viven pensando que nadie los entiende, nadie los quiere y no encuentran lugar en esta sociedad, en este mundo... estos se auto flagelan por lo general, no existen términos absolutos creo yo.. Hablan de infelicidad algunos... no tienen valor cada mínimo momento de felicidad? Porque la felicidad puede ser un momento simple, diminuto... o grande!! A este tipo de solitarios les pesa la soledad... No la toleran, sienten el vació de estar "sin nadie". Pero uno nunca esta solo.. Luego están esos tipos jodidos y que por momentos se vuelven insoportables para mucha gente... Y aquellos que pudieron compartir algo con ellos prefieren tenerlos lejos.. Y allí se largan a vivir solos...a ser ellos solos... Que es mejor que lograr estar con otros sin ser alguien insoportable.. El egoísmo aquí se potencia y es mayor que en los solitarios que sí pueden estar con otros... Estos son la otra "especie" de solitarios que reconozco. Aquellos que casi instintivamente tienden a la soledad.. Caminan solos, se retiran a pasear en soledad, acuden a distintas actividades diarias sin dar cuenta a nadie y sin invitar a nadie.. Esa es la pequeña cuota de egoísmo que es común en todos (algunos la potencian). Pero estos solitarios saben estar con "otros"... No les molesta compartir... De hecho, siendo verdaderos artistas de la soledad, tienden a compartir su tesoro con aquellos que ellos consideran dignos de compañía. Y ahí esta el problema para ellos... Quiénes son dignos de acompañarlos en su soledad.
Mi caso es muy distinto. Nací para estar solo. Desconozco cuándo y cómo nací. Pero ese es tema de otra charla (que para ser riguroso, esto no es una charla). Yo estoy condenado a la soledad ... Ya estoy usando un termino de esta gente que me rodea en la ciudad! Los condena la soledad a ellos? La soledad no es una condena. Los marginados son condenados! Y allí el hombre me confirma su miseria. En verdad, me confirma lo que es. Pero no quiero aquí mezclar las injusticias que veo a diario, eso me provoca nauseas y necesito estar mas lucido y fuerte para vomitar la bronca que a veces siento. Y todo lo que siento es un cúmulo de expresiones anacrónicas y metafóricas. Vivo o muero en esta ciudad. O ambas son parte de mi existencia (dicen que morimos para vivir). Yo no soy un artista de la soledad. Yo soy la soledad misma.... y eso no es merito alguno...

viernes, 5 de junio de 2009

Hoy quiero decir... mucho..

Francamente no se porque estoy escribiendo estas palabras... Es mejor para quienes a la pared le hablan... las ondas del sonido algo devuelven...sabes? Yo no tengo esa certeza.. mis palabras son fantasmas como mi presencia en la ciudad... Hoy quiero decir muchas cosas... Alguien dijo una vez (desconozco a quien afirma así) que hoy se cumplian años de mi aparicion aqui, en esta ciudad... Cuantos? Si ya ni recuerdo cuanto llevo recorriendo estas calles... Y de que "aparicion" me hablan? Si nadie puede sentir mis pasos si quiera.. Porque verme ya es mucho pedir.. Y no estoy exigiendo nada... Se muy bien que mi destino en este lugar y en este tiempo es otro. Pero asi y todo no soy ciego.. veo las cosas que pasaron y siguen pasando y me compadezco de esta humanidad.. de estos pobres tipos que no saben a donde van o que hacen con su existencia... Hablo de casi todos. Podria hacer un catalogo de personalidades... Pero me ensañaria con los hijos de puta que pasean por la vida como si nada... Yo no he vivido nada... porque no puedo vivir, no puedo amar (alguien lo prohibe, no solo a mi). Pero puedo contar cosas que pasan, cosas que oigo por ahi... puedo decirte que mi mejor poesia se la escuché a alguien.. Porque, de que voy a escribir yo? Quisiera poder hacerlo... Asi que traigo palabras extrañas... Me acompaña la musica que me calma en las noches sin sueño (yo tampoco duermo... ni como). Y asi he de seguir... Pero sin la certeza de que alguien me lea... No importa... La falta de certeza en este caso es la posibilidad de que algo sea posible..
Esto ya lo tengo decidido... y asi he de seguir...